jueves, 24 de diciembre de 2009

Nuevo Radicalismo




Desde hace un tiempo importante se está gestando en el radicalismo la unión de fuerzas de pensamiento progresista alrededor de figuras emergentes en distintas provincias y en la Capital Federal, aunque su mayor desarrollo esta centrado en la provincia de Buenos Aires liderados por Ricardo Alfonsín. A continuación extracto un parrafo de la declaración de Bolivar del nucleamiento Interno "Punto de Encuentro Radical" :

Nos comprometemos a luchar para que el Radicalismo del Bicentenario sea transparente, institucionalmente fuerte y moderno para impulsar un programa de movilización y de confianza y la renovación de los cuadros. Los contingentes juveniles movilizados por el legado de Raúl Alfonsín deben traducirse en la propuesta política e intelectual del Partido. Esa fue aniquilada con la derrota cultural de los 90. Desde allí que la formación, selección y promoción de figuras pasa a ser una cuestión estratégica para los ambientes progresistas del Partido. Los nuevos paradigmas, modo de comunicación, creación de identidad y demanda creciente de soberanía ciudadana condena a esas organizaciones internas no flexibles ni democráticas a la esterilidad.

Del mismo modo que la revalorización social del gobierno de Alfonsín fue determinante para la reconciliación del radicalismo con el pueblo, es condición para la formulación del programa correcto, y sus ejecutores, reconocer la derrota cultural de los 90 en manos del neoliberalismo que ha conducido a una generación a la ahistoricidad y que tiene como consecuencia un país excluyente. Una derrota cultural ocurre cuando los paradigmas, códigos y contenidos de los enemigos pasan a ser de integrantes de nuestras propias fuerzas y nos conduce a la desorientación. Y eso ocurrió cuando la contradicción pasó de democracia o dictadura a ser democracia o mercado sin asumir que éste carece de horizonte temporal y social. Es en los escombros de esa batalla cultural en donde encontraremos las brújulas perdidas y que nos reconduzca en el camino al progreso. La de revalorizar el rol del Estado, formular una política exterior conforme a la historia del radicalismo, y contar con los cuadros políticos adecuados. Sin este balance cualquier programa es una formulación de las características del de la Alianza. La cuestión es política y no académica, aunque la gestión política del conocimiento debe ser una de las claves de la certidumbre y de la capacidad de imaginar y desarrollar un futuro.
figuras pasa a ser una cuestión estratégica para los ambientes progresistas del Partido. Los nuevos paradigmas, modo de comunicación, creación de identidad y demanda creciente de soberanía ciudadana condena a esas organizaciones internas no flexibles ni democráticas a la esterilidad.

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