lunes, 4 de enero de 2010

Crece la corriente progresista en la UCR



La figura de Ricardo Alfonsín asoma con fuerza detrás de la de Julio Cobos. Le pisa los talones. Según un sondeo que encargó en forma exclusiva PERFIL, la imagen positiva del hijo del ex presidente es del 50,6% contra el 58,9% que registra el mendocino. En imagen regular y mala están muy parejos con un porcentaje que oscila entre el 15% y el 20% en cada caso.

Lo que indica el muestreo es que, claramente, el diputado electo está creciendo entre afiliados e independientes, aunque todavía debe demostrar algo más que un apellido para los comicios de 2011.

Pero el incremento es notable. Incluso, en una fragmentación de la medición, Alfonsín tiene dos puntos más que Cobos en la categoría de imagen “buena”, aunque pierde en la categoría “muy buena”: allí el vicepresidente tiene el 15% de aceptación contra el 5,2% del diputado electo. Al menos así se desprende de la encuesta que realizó sobre 980 casos la consultora privada Management & Fit, que conduce Mariel Fornoni.

Cuando el sondeo se focalizó sobre los afiliados radicales, el que tomó la delantera también fue Alfonsín. “¿A quién votaría en una interna?”, preguntó M&F entre los adherentes. La respuesta fue que el 44,9% optaría por el hijo del ex mandatario radical contra el 43,7% del ex gobernador de Mendoza. El 11,4% se manifestó indeciso.

Hay que tener en cuenta, de todos modos, que según la reforma política aprobada por el Congreso, las internas serán abiertas, es decir que podrán participar también los independientes.

Falta mucho para las elecciones de 2011 y Cobos, claramente, es el que mejor mide entre los presidenciables, pero la muestra efectuada por M&F demuestra que el radicalismo, que resurgió con la muerte de su líder el año pasado, ya tiene más de un candidato para mostrar.

Un voto. La imagen de Cobos se disparó por las nubes con aquel voto no positivo a las retenciones móviles, el 17 de julio de 2008. También sumó porotos con cada error que le marcó a la administración kirchnerista, de la que forma parte. Y, aunque no está formalmente en la UCR, el partido le levantó la suspensión de por vida que le había impuesto cuando el entonces gobernador de Mendoza aceptó acompañar en una fórmula a Cristina Fernández de Kirchner. Cobos es hoy sinónimo de presidenciable porque logró capitalizar ese voto y captó toda la furia antikirchnerista, una masa crítica que rechaza cada paso que da el matrimonio presidencial.

Cobos participa en la vida interna radical. No sólo intercedió en la elección de autoridades partidarias, sino también en la rosca que definió la conducción de la bancada de la UCR en la Cámara de Diputados. Allí se terminó acordando un sistema rotativo de un año para el “cobista” Oscar Aguad, y un año para Alfonsín. Quizás puertas andentro, al vicepresidente todavía no le perdonan que haya saltado a las filas kirchneristas en 2007, pero desde Gerardo Morales para abajo, todos saben que volver a tenerlo en el centenario partido posiciona a los correligionarios con serias chances de regresar al sillón de Rivadavia cuando termine el mandato de CFK. El destino de Ricardo Alfonsín, en tanto, lo definirá el tiempo y las aspiraciones personales del hijo del ex presidente, que siempre se mostró propenso al consenso, tal como actuaba su padre. La prosperidad del Acuerdo Cívico también será clave para definir el escenario electoral.
Fuente: Perfil