lunes, 7 de abril de 2008

Con Permiso


CON PERMISO
Comentario de Juanjo Esteva sobre la Crisis del Campo
Antes de contestar a los conceptos políticos del señor Almeryra, van algunas precisiones de quienes vivimos en comunidades rurales y junto con alguna renta de la soja también padecemos –como todos los pequeños chacareros que estuvieron en el paro- los restos de pesticidas de las fumigaciones, el polvillo de la trilla y transitamos los caminos (que ningún “proyecto político” oficial propone arreglar).
Primero le diría al señor Almeryra que se nutra mas de la vida cotidiana que del diccionario para hablar de estos temas mundanos. En la Argentina, con o sin permiso de la Real Academia Española, la soya se llama soja, por lo menos para quienes la vemos cotidianamente, la sembramos o la transportamos.
Segundo, el precio internacional no es de 151 dólares como él afirma sino que en el último mes estuvo por encima de los 500 dólares la tonelada, como cualquiera puede escuchar en los informes agropecuario de cualquier radio de la Pampa Húmeda.
Tercero, la soja no le quita productividad al trigo, ya que en la Pampa Húmeda se pueden hacer –y de hecho muchos colonos los hacen- las cosecha de trigo, sembrada en junio y levantada en diciembre y sobre ella se siembra la soja que se cosecha a partir de marzo.
Cuarto, si bien es cierto que no sólo cualquier monocultivo, sino cualquier cultivo, por muy variado que sea, deteriora los suelos, no es menos cierto que vivimos en un mundo donde dentro de 15 años –cuando estén deteriorados nuestros suelos- habrá triplicado las emisiones de carbono a la atmófera, habrá aumentado su población en tresmil millones de habitantes, habrá cuadruplicado la cantidad de vehículos circulando. Parece que el problema no se reduce solamente al monocultivo de soja, si bien es parte de él.
En la Argentina existe hace muchos años el impuesto a la Renta que debería ser el instrumento con el cual hacer que paguen mas los que mas tienen y menos quienes están mas desfavorecidos en el reparto de la riqueza. Poner un impuesto que se lleve el 45 % de los ingresos de Grobocopatel con sus cien mil hectáreas trabajadas en la Argentina (sin contar las venezolanas, donde es el representante para el desarrollo agrícola del gobierno argentino) y de la misma manera llevar el 45% de lo producido por un chacarero de 50 o 20 hectáreas, es a la luz de cualquier espíritu progresista, una flagrante injusticia. Quienes alentaron el paro, no fueron los grandes pulls de siembra, que siempre encuentran la forma de asociarse con el gobierno y salvar sus intereses, sino productores medianos o pequeños desesperados frente a un Estado que no hizo nada cuando las reglas de juego del peronismo noventista hicieron desaparecer a doscientosmil de los suyos, mientras los hoy desabastecidos citadinos endeudaban al país viajando a cuanta playa hubiese en el mundo. Recordemos que esa deuda generada por el peronismo de los noventa, también fue pagada con la renta agraria.
Sería hermoso que el señor Almeyra estuviese acertado y que el conflicto social, político y económico fuera tan simple como el lo plantea. ¡Qué lindo cuando están tods los malos de un lado y todos los buenos del otro¡ Cuando habla del primer gobierno de Perón dice varias verdades pero omite muchas otras, no sólo de índole económica y de desarrollo social, sino también en lo atinente a los métodos y libertades republicanas, que el peronismo siempre se ocupó de mansillar. Si hoy hubiese un Congreso republicano, esto temas se estarían discutiendo allí. Si el conflicto socio-económico tuviese ese grado de sencillez, seguramte seríamos muchos los que detrás del señor Almeyra, estaríamos dispuestos a llevar adelante la postergada revolución que libere definitivamente a nuestro pueblo del Yankee expoliador.
Cordialmente
Juan J. Esteva.
Rodeado de soja, en Camilo Aldao, pcia de Córdoba.

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