miércoles, 3 de septiembre de 2008

Triunfo Radical-Socialista en Santa Rosa


SANTA ROSA.- Cientos de militantes radicales corrían frente a la municipalidad. Iban y venían a los gritos. "¡Tierno, perdió tu dictadura!", gritaban. Lejos de ahí, el candidato del PJ se refugiaba en la soledad de un local partidario en la periferia: miraba por televisión los festejos iniciales de sus contrincantes. "Nunca me imaginé esto", repetía, cabizbajo, con la mirada perdida en la noche.
En el comité del radical Francisco Torroba todos se abrazaban con los aliados socialistas y ex frepasistas. "La gente me votó porque privilegió la paz", repetía el nuevo intendente. Estaba eufórico: era la primera vez en la historia que la UCR ganaba la intendencia de Santa Rosa.
Juan Carlos Tierno se quedó sin revancha. A sólo cinco meses de que su propio partido lo destituyera por sus métodos insólitos, su estilo rígido y su obsesión por la seguridad, el más polémico de los candidatos peronistas, que "no concebía perder", ayer obtuvo el 36,47 por ciento de los votos. Torroba, el postulante del Frente Pampeano Cívico y Social (Frepam), se impuso con el 49,94% de los votos.
Anoche, Torroba recibió las llamadas de felicitación del líder del radicalismo Raúl Alfonsín y del vicepresidente Julio Cobos. El presidente de la UCR, Gerardo Morales, elogió "al pueblo y al radicalismo" de La Pampa. "Esto no es un hecho aislado", dijo ayer cuando habló del triunfo de Santa Rosa.
Torroba gobernará la ciudad hasta 2011. Y tiene la esperanza de "acabar con la división" y salir de la crisis política y social más grave que aquí se recuerde. Tan grave que provocó esta elección atípica y dos sucesos que hubieran sido impensados hace menos de un año: un cisma en el PJ provincial y un histórico triunfo de la UCR en una ciudad que siempre le fue esquiva.
Hace 10 meses la historia era diferente. Tierno venció a Torroba con el 38% de los votos en una elección tan polarizada como la de ayer. Una vez en el poder, Tierno llevó al límite el estilo de "sheriff urbano", según critican sus detractores: mostró un perfil rígido, salió a la calle a aplicar la ley él mismo y decidió medidas insólitas, desde crear un grupo policial hasta sacar por decreto el presupuesto. Su obsesión por el orden provocó una crisis que sacó a la gente a las calles y unió a la oposición. Tanto que el gobernador Oscar Jorge (PJ) intervino el municipio y el Concejo Deliberante tres meses después de su asunción.
Comenzó entonces el cisma del peronismo, que se fragmentó en torno a la insólita figura de Tierno, que no retrocedió y se preparó para una segunda interna. La atomización le permitió ganarla en marzo pasado con el 42%. En el camino perdió el respaldo de Jorge y del caudillo del PJ, Carlos Verna, que veía un competidor para liderar la provincia en 2011. Rubén Marín, el otro hombre fuerte -que había exigido la intervención-, le brindó un apoyo tibio. Nadie lo imaginaba
Tierno creyó que le alcanzaría. Apostaba a su costumbre de generar amores y odios. Hasta la tarde de ayer estaba seguro de que sería futuro gobernador. Con el resultado puesto, por la noche denunció "un plan para destruirlo" (que incluía el rápido avance del procesamiento por "abuso de autoridad" durante su corto mandato) y acusó al peronismo, sobre todo a Verna y a Jorge: "Jugaron para votar en contra. El municipio compraba votos para el Frepam. Nos traicionaron".
En la UCR local, ni el más optimista hubiera imaginado hace 10 meses lo que ocurrió anoche. "Nunca pensé que los errores de Tierno y del PJ nos iban a dar esta oportunidad", dijo Torroba, que durante la campaña se mostró conciliador y garante de la paz social. Pensaba que así tendría éxito.
Al final, lo consiguió. El radical logró una diferencia de más de 10 puntos y asumirá en sólo una semana -el 5 del actual- para que no se extiendan los 180 días de intervención.
Torroba sorprendió hasta a su propio partido. Comandó un triunfo electoral impensado que el radicalismo ya quiere capitalizar en medio de los acercamientos para fortalecer el partido luego de la reunión entre Julio Cobos y Raúl Alfonsín (de lo que se informa en la página 6).
Mientras tanto, entre aquellos que siguen de lejos las internas partidarias todavía se palpa la división que provocó el estilo del perdedor. Entrada la noche, los dirigentes del PJ discutían cómo seguirá la crisis, y los radicales, sorpresivamente, seguían festejando en la plaza central.

Fuente La Nacion.com

1 comentario:

pablobpse-ee dijo...

Espero que esta alianza frentista, progresista y solcial dure mucho tiempo y siga desplazando a la derecha peronista. ¡FUERZA PECHU!